miércoles, 18 de noviembre de 2009

MANTENER VIVOS LOS VALORES


No cabe ninguna duda que la mejor forma de educar es a través del ejemplo, pero pareciera que algunas veces no somos tan conscientes de ello, pues olvidamos que permanentemente estamos siendo observados por nuestros hijos.
Muchas veces los padres reprochan el comportamiento de sus hijos, pero nos hemos puesto a pensar, ¿dónde o de quién aprendieron esa mala conducta?, ¿podría ser en nuestro propio hogar?
Recordemos que los padres son los modelos a seguir de sus hijos sobre todo en las primeras edades, en donde el concepto que se tiene de papá y mamá es heroico, pues son ellos la principal referencia que se tiene del mundo de los adultos, de ellos aprenderán los valores y también los defectos.
Sin embargo, aunque los chicos tengan una excelente idea de sus padres, nunca dejan de prestar atención a su comportamiento. Cuando son pequeños ellos están absorbiendo información para desarrollarse cuando sean mayores, e inconsciente o conscientemente repiten comportamientos vistos durante su infancia.
Cuando se llega a la etapa de la adolescencia, las cosas cambian, ya los padres no son seres perfectos, ahora los chicos tienen capacidad de razonar y darse cuenta que sus padres son seres humanos comunes y corrientes que cometen errores como cualquier otro. Y es aquí donde nuestros errores pueden revertirse en nuestra contra, es decir, cuando llega el hijo embriagado, los padres se escandalizan, pero no nos asustemos cuando el chico diga: “¿y tú por qué si puedes?, yo te he visto borracho varias veces”.
Entonces, ¿qué debemos hacer? Es la pregunta que ahora muchos lectores se deben estar haciendo. A continuación les daremos unas pautas para aprender a afrontar este tema con los hijos.

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